Durante la lactancia, si tu bebé ya comienza con la dentición, suele ser bastante molesto, y no solo para el bebé, cuya encías se hinchan y duelen, lo que hace que tienda a morder, sino también para la madre que tiene que continuar con la lactancia. El bebé solo busca algo de alivio con esta acción, pero para la madre puede resultar algo dificultoso y doloroso seguir dándole el pecho.
Ante la mordida, la primera reacción de la madre tiende a ser de sorpresa y de retirar el pecho, lo que puede hacer que el pequeño se asuste y llore. A continuación, te contamos siete consejos o trucos para evitar que tu bebé muerda tu pecho durante la lactancia.
- Verifica tu postura: fíjate de estar bien sentada, y que tu bebé esté también bien ubicado y prendido con el pezón en su boca. El pezón debería quedar tocando su paladar, sus labios y encías detrás del pezón cerca del borde areolar, y la lengua un tanto extendida más allá de las encías. Si está mamando adecuadamente, se reducen mucho las posibilidades de que muerda.
- Un mordillo antes de amamantar. una buena idea es ofrecerle un mordillo o algo frío antes de que le des el pecho, para que le ayude a calmar el dolor en sus encías.
- Si notas que te muerde, aléjalo del pecho, y explícale que no debe volver a hacerlo, con suavidad y cariño.
- Anticípate: observa cómo toma el pecho para aprender a anticipar cuando ya no está interesado en tomar leche, de este modo, evitarás que se quede con el pecho en la boca a modo de mordillo. Si ves que ya no quiere seguir tomando, no lo obligues.
- A la hora de darle el pecho procura estar en un ambiente tranquilo y relajado, para que ambos estén cómodos. El pequeño podrá concentrarse en la situación, sin distraerse.
- Si se ha quedado dormido, retira el pecho.
- Otra buena medida para evitar mordiscos es introducir tu dedo en su boca para desprenderla del pezón.
Imágenes: cincodias.com.ar